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La ginebra aragonesa Vínica llega a Eroski

NOTA DE PRENSA.- GABINETE DE COMUNICACIÓN ADICO

Hace un año nacía Vínica y ya se puede encontrar en los estantes de los supermercados Eroski en Aragón, además de los mejores bares y restaurantes aragoneses. Gracias a su alianza con la cadena, Destilerías San Valero pone al alcance de todos los aficionados esta singular ginebra aragonesa elaborada a partir de vino de garnacha.

Una ginebra con alma de vino, fresca y democrática, tras la que se encuentran las más de 45 bodegas socias de esta cooperativa de segundo grado. «Con Vínica, damos un paso más. Queríamos hacer una ginebra de la tierra, hecha con materias primas aragonesas, sostenible, comprometida con el campo y elaborada en una alcoholera de aquí», explica su director general, Alberto Arellano.

Una ginebra que pone el valor el trabajo de los viticultores aragoneses, «Esta ginebra refleja nuestros valores. Cada botella representa el trabajo de todos los agricultores. Esto no se queda en una gran multinacional o fondo de inversión; le llega al agricultor».

Como recuerda Arellano, «nuestra principal razón de ser es la economía circular», propiciando la sostenibilidad al procesar los residuos que genera la elaboración de vino, comprometidos con el medio rural, donde se encuentran los viñedos.

Con botánicos del viñedo

La mayoría de las ginebras obtienen su alcohol a partir de cereales, previamente malteados, mientras que Vínica procede de este alcohol vínico aragonés, que mantiene su alma y esencia.

En ese alcohol se macera el ingrediente principal, el enebro, al que se suman, en el caso de nuestra ginebra Vínica, once botánicos más, que evocan los aromas del viñedo y el monte aragonés. En concreto hinojo, ciruela, manzana, cilantro, diente de león, tomillo, regaliz, aceituna, pimienta negra, hierbabuena y cardamomo.

Tras la extracción de las esencias, esta base aromatizada se vuelve a destilar, proceso que no afectará a los aromas obtenidos, ya que estas ligeras moléculas aromáticas se fijan a las del alcohol. Un proceso totalmente artesanal, como la propia obtención del alcohol.

La receta final, obtenida tras un arduo trabajo de refinamiento, contrastando diferentes opiniones de expertos, es la que confiere su personalidad y carácter a esta ginebra aragonesa. Suave, refrescante y con alma de vino.

Desde Destilerías San Valero se recomienda combinarla con una tónica neutra, que no enmascare su delicado sabor, además de mucho hielo. Dado su origen, resulta perfecta combinada con unas rodajas de uva, mejor de la variedad garnacha. Aunque hay quien la prefiere con un poco de hinojo −uno de los botánicos−, regaliz o una corteza de limón.

Quienes deseen un trago más seco y sincero, simplemente basta añadir una filigrana de corteza de naranja, o si te gusta potenciar las notas a garnacha unas rodajas finas de grano de uva, que sería lo ideal para sentir y apreciar cada uno de los doce botánicos. De este modo sentirán la evolución de los aromas y sabores a lo largo del consumo de la copa.

En cualquier caso, una magnífica opción para seguir disfrutando del placer del vino tras degustarlo en una comida o cena. Una copa singular, que también puede tomarse a modo de aperitivo, como digestivo o en cualquier ocasión.

 

Cada detalle ha sido cuidado, respetando los valores sostenibles de Destilería San Valero. Así, el vidrio de la botella −de exquisito diseño− es reciclado, no existen dos botellas iguales, mientras que el tapón de corcho se convierte en un homenaje al vino, origen de esta ginebra,

Por su parte, la palabra lambicada, que aparece en la etiqueta, significa destilado −de alambique, donde se destila− en aragonés. Y grenache, en francés, es como se conoce internacionalmente a nuestra afamada variedad garnacha.